El poder de las palabras.

Dicen que una imagen vale más que mil palabras.
Sin embargo, pienso que una sola palabra vale más que mil imágenes, porque las palabras te invitan a imaginar...
...y es más bonito jugar con la imaginación que ver directamente una imagen.


martes, 23 de febrero de 2010

La ventana del alma.

Comienza a iluminarse una sala,
como la luz que entra por esa ventana
lenta pero sin pausa
mientras se sube la persiana.
Decidimos abrirla, dejando entrar la brisa
para abrirnos a las demás vidas,
para intentar recibir…
recibir…
no siempre recibimos, no siempre es así
pues a veces, no es un buen día
sino un día triste, gris
que sólo aporta malestar, melancolía
teniendo que cerrar la ventana
para dejar de sufrir.

Muchos siempre la tienen cerrada,
porque antes de sentir dolor, prefieren no sentir nada.
Otros la mantienen abierta, mirando al cielo,
con esperanza…
dejando que la fuerza del viento
torture la cara
mientras el cabello
intenta escapar de nosotros mismos
buscando la huida por miedo…

Sin embargo, sólo nosotros somos los que podemos
abrir o cerrar nuestra alma:
debemos decidir de quien nos dejamos recibir algo
buscando lo bueno,
y de quién dejar de hacerlo,
escondiéndonos
tras la sábana de una cama
donde esperamos, donde guardamos la esperanza…
una cama, situada en el corazón,
una esperanza que se dañará
cuando reciba dolor,
pero que nunca morirá
mientras reciba amor.

Y como moraleja de mi canción,
de mis versos,
os digo que hay que buscar lo bueno
y abrirnos a ello,
tanto como para encontrar lo malo
y sufrir para saber encerrarnos
para prevenir nuevos palos,
pues para aprender
erramos,
pues para seguir viviendo tenemos
que sufrir y equivocarnos
hasta que encontremos lo bello
y todo sirva para algo.
Aprendamos,
pues, a cerrar la ventana a lo malo
y a abrirla, para beneficiarnos,
para poder seguir viviendo
y a nuestra alma poder seguir alimentando.

Al final descubrirás esta verdad,
de la cual, nadie se salva:
El mayor fracaso de la vida es
el no haber intentado nada,
por miedo a equivocarnos…
el esperar al alba
para cerrar la ventana de nuestro cuarto…
la ventana de nuestro alma
que se abre y cierra despacio.

jueves, 18 de febrero de 2010

Amistad.

Paula se encontraba en su habitación, en una esquina, dejando caer sus lágrimas sobre el móvil que sostenía. Llamaron a la puerta de su habitación, y ante su silencio la puerta se abrió.

- Hija mía, ¿qué te ocurre?-
- Lo de siempre mamá-
- ¿Lo de siempre? Nunca te he visto así-
- Mamá, ¿qué es la amistad?
- ¿La amistad? Pues no sé cómo definirla, pero significa tener amigos y amigas, significa compartir, significa apreciar a unas personas que tú consideras amigas…-
- Pues yo nunca he vivido la amistad-
-¿Cómo que no? Si tienes muchas amigas…-
- Mamá, la amistad significa estar en lo bueno y en lo malo; significa aceptar a quien consideras amigo sea como sea, y apoyarle en momentos difíciles…-
- Estoy de acuerdo contigo hija, pero dudo que no tengas a nadie que te acepte…-
- Mamá, en los buenos momentos siempre están, pero en los malos desaparecen. Si yo no me interesara en llamarles para salir, ellos no lo harían, lo he comprobado. Un amigo no es el que te regala rosas, sino el que te quita las espinas…-
- Bueno, mi pequeña, no dramatices, seguro que hay alguien qué nunca te ha fallado, que está siempre en los buenos y en los malos momentos. Existen muy pocos, pero existen, y los encontrarás.-
- Mamá, ¿sabes qué? Tienes razón, tengo una amiga, conozco la amistad-
- ¡Lo ves! ¿De quién se trata?-
- Eres tú mi mejor amiga. Te quiero mamá –
- Y yo a ti, más que a mi vida hija-
- Pero compréndeme, me siento sola porque quisiera tener amigos de verdad, que no sean de la familia…no sé si me entiendes…-
- Si, te entiendo…-

De repente sonó el teléfono. Su madre bajó las escaleras y lo cogió:

-¿Diga? (…) ¿Paula? Sí, está en su habitación. ¿Quieres que le diga algo o te la pongo? (…) ¡Paula! Te llaman-

Paula bajó los escalones de dos en dos y de tres en tres. Cogió el teléfono, y una sonrisa se le dibujó en una cara llena de lágrimas.

-¡Hola! (…) ¿Que qué tengo que hacer hoy? Creo que nada aun (…) Ok, a las siete y cuarto en la cafetería La Duna, ¡Hasta luego!-
-¿Qué? -
-Es Lara, la chica que defendí en la clase, nunca había salido con ella…-
- No es la primera vez que llama, pero el par de veces que ha llamado estabas con tus otras “amigas”.-

Paula se quedó en silencio, pensativa, secándose las entremezcladas amargas y dulces lágrimas de tristeza y felicidad.

-Hija, los amigos que realmente merecen la pena son los que te aceptan sin esperar más que tu amistad, los que te ayudan cuando tu lo necesitas, los que cuando tu les ayudas ellos te lo devuelven; es decir, los que dan y se dejan recibir en momentos dulces y momentos amargos. -
- Tienes razón, mamá. Tengo una amiga… no estoy sola.-

Paula sonrió, y se marchó de nuevo, subiendo los escalones de dos en dos y de tres en tres, hacia su habitación para elegir la ropa que se pondría para estar con una amiga, una amiga de verdad, la que aparentemente no estaba en los buenos momentos, pero se dejó distinguir en los malos.

-Ya sé lo que es amistad.-

domingo, 14 de febrero de 2010

Un país "democrático".

No hace falta ser inteligente,
solo escucharme algo.
Estás dentro de mi mente,
donde se respira cambio,
Mediante el rap transmito
y a mis pensamientos os traslado:
el mundo se queda chico
solo sobreviven los enmascarados.
Y así de triste
comienzo este relato
las personas se visten
con las ideas del diablo
el cual se encuentra
detrás de cada acto
de cada acto racista,
de cada acto apoyado
por la mayoría
y no por el del bien desviado
aquel que crítica
sentado en su cuarto
cansado de ver revistas
que modas nos van inculcando.

Etnocéntricos seres humanos,
soltar el mando,
me toca a mi guiar
así que levanten la mano
y empecemos a trabajar
señores desviados
la sociedad está rota
por quienes se lavan las manos
esos políticos sabelotodo
que mientras su riqueza siga aumentando
siguen gobernando del mismo modo
mintiendo, sonriendo, saludando
siguen prometiendo y prometiendo
pero los problemas siguen estando.

Y quedan muy pocos
que piensen como los de mi bando
la oposición dice lo otro
y la sociedad tiene el rifle cargado
los de arriba no se ayudan
y política ya significa campeonato.
Los de arriba no solucionan lo de abajo
Pero los de abajo tampoco cambiamos
la jerarquía política, el sol
alrededor del cual giramos
¿Democracia? ¡No! Aquí no se apoya al mejor,
sino al menos malo.
Todos deberíamos tener la misma voz
pero no la tenemos sin embargo;
hay muchas formas de decir las cosas:
hablando, gritando…
yo elegí el rap, la poesía, la prosa
infravalorando a todos aquellos que tienen que llegar a las manos
para no solo mostrar sus “normas”
sino imponerlas maltratando
la imagen que el resto del mundo tiene sobre España:
el país donde nací enfrentado
con sus propios ciudadanos
regalando sangrientas fiestas nacionales y haciendo entender
que tenemos dinero hasta para comprar a Cristiano Ronaldo,
intentando entretener a la masa para mantener
la desigualdad que nosotros mismos generamos…

"La nación es demasiado grande para atender los pequeños problemas, y demasiado pequeña para atender a los grandes" Daniel Bell

sábado, 13 de febrero de 2010

Al final, merece la pena.

El aire le susurraba, comentándole que se acercaba un día gris y frío. El viento le comenzaba a torturar y la lluvia, finalmente, consiguió acelerar su carrera para alcanzar un autobús que ignoraba que le perseguía. Tras un acelerón en el que su paraguas quedó lamentable, el conductor visualizó a ese joven que siempre llega, con su maleta de la facultad, con su bonobús y con ganas para comenzar otra jornada universitaria.
A través del cristal de este medio de transporte, tan empañado que casi no permitía distinguir un semáforo en verde de uno en rojo, podía observar como no había ni un alma en la calle, mientras giraba la cabeza y veía a otros pasajeros intentando mantener el calor de su aliento entre sus manos.
Al bajar, se dirigió hacia el aula, si se le puede llamar así. “Qué sueño y qué pocas ganas de estar aquí” pensó cuando se sentó soltando el paraguas en los percheros.
Las clases se prolongaron y los segundos parecían minutos; definitivamente hasta el reloj se había congelado.
Finalizaron, y decidió conectarse un rato donde siempre lo hace. Su día había sido desastroso. El malestar se adueñó de su cuerpo, y empezó a volverle como el día.
Sin embargo, Luna salió en ayuda de un vampiro que comenzaba a entristecerse. Unas palabras suya acompañadas de una sonrisa inocente y sincera provocaron que surgiera una llama en un cuarto oscuro.
La Luna acompañó a ese vampiro hasta que se recuperó de un mal día. Y en ese momento ese joven comprendió que había merecido la pena correr detrás de ese autobús, soportar unas clases que parecían eternas, y cualquier cosa que le creara malestar... todo había merecido la pena, porque realmente encontró lo que buscaba: encontró un momento agradable, un momento de felicidad; como aquel que busca el calor para resguardarse del frío, este joven vampiro encontró lo que tanto anhelaba y necesitaba en un día como ese.

Había merecido la pena un mal día por tener la oportunidad de poder conversar, poder reír, poder observar…poder estar un rato con Luna.

jueves, 11 de febrero de 2010

No al racismo

Alzo la vista al cielo,
y con el corazón en mis letras
miro el mundo y pienso:
tanto odio, tanta miseria,
tanta sangre, tantos miedos,
tantas luchas, tantas guerras,
tantos minutos de silencio....
todo provocado por el pensamiento
y la ideología de gente
que tan equivocada está
y lleva a nuestra raza al borde de la pendiente
que nos muestra el mar
donde perece la gente
por un mal
que creamos tantas veces:
porque no ven que da igual
nuestra piel y su color,
que da igual
cualquier creencia o religión,
porque la única verdad
es que en lo único que hay que creer es en el amor;
por lo que hay que parar esto
no con odio ni rencor,
sino con la palabra y el respeto
que merecemos ”tos”.

Y para solucionarlo de raíz, id
y eduquemos a nuestros hijos para saber vivir,
enseñando que todos somos iguales
por ser personas,
que “no vales más ni menos que nadie”
y no seas idiota:
mide tus palabras cuando hables.
No critiquemos por criticar,
sino critiquemos para lograr
que todos se mentalicen
de que nadie es más,
de que nadie es menos ni animal:
que aunque sea blanco o negro,
que aunque sea joven o viejo,
que aunque sea pobre o de dinero
debemos vivir en paz,
porque si seguimos con esto
nuestro infierno está aquí ya,
por lo que dejad de gritar en silencio
para hablar con libertad
y enseñar a todos y a ti mismo
el valor del compañerismo
para así convivir
como es debido,
y enseñar a decir y a sentir el:

“¡No al racismo, no al racismo!
¡No al racismo, no al racismo!”

martes, 9 de febrero de 2010

Gracias.

El sonido de la radio de debajo de la almohada de mi padre, de la respiración de mi hermana dormida en su habitación, del aire que entra por la ventana de la cocina que mi madre siempre deja abierta; el sonido del grillo que canta en mi terraza y del bolígrafo sobre el papel iluminado por el reflejo de la luna en las cortinas de la ventana de mi cuarto me acompañan cuando me desvelo por las noches y siento la necesidad de soltar en el papel todo lo que me atormenta. Y sólo cuando escribo siento llenar parte del vacío que hace tiempo surgió en mi interior.
Siempre escribo cuando me visita la señora inspiración, y hoy me siento inspirado...
En mi vida de momento tengo tres cosas fundamentales que agradecer: la educación recibida por mis padres, mi gusto por la lectura y la escritura y tener a alguien que lea y comprenda todo lo que suelto en el papel…
La luna comprende a la noche como LadyLuna comprende lo que expreso, GRACIAS.

Mi regalo de reyes a mis padres.

QUERIDOS PADRES MAGOS

En una fecha como hoy lo lógico es regalar algo novedoso. Para muchos, ese regalo debe ser costoso; para otros, ese regalo debe ser material; también está el dicho de que “lo que importa es el detalle”…Hay muchos tipos de regalos, muchos tipos de regalos novedosos, pero tras 18 años recibiendo regalos, he descubierto que lo realmente importante de ese regalo es lo que no se ve: el cariño con el que se ha buscado, los días que hemos pasado pensando el qué regalar, el tiempo para encontrar ese regalo, la ilusión con la que se envuelve, y el amor por esa persona a quien se le va a regalar.
La verdad es que cuando somos niños, el regalo de un día como hoy se espera con gran entusiasmo, pero no por el regalo en sí, sino por la magia que tiene detrás, la magia de la creencia en los Reyes Magos. Gustosos vemos a esos niños que reciben ese regalo, pues esas caras sonrientes y felices son, para nosotros, también, un regalo mágico. Cuando vamos dejando atrás la niñez, poco a poco nos volvemos más escépticos, dejamos de creer en esa magia, pero empezamos a valorar aun más nuestro regalo. Pues, entonces, hemos descubierto, que la magia que dicho regalo escondía detrás, no era más que el amor y el aprecio que unos padres, tíos, abuelos, y que el resto de la familia tienen sobre nosotros. Cuando somos adolescentes no sabemos las dificultades que tenemos para ser educados en esta etapa: estamos creando nuestra identidad y adaptándonos para un mundo difícil e injusto. Pero en Navidad todas esas dificultades se transforman en villancicos, mantecados, fuegos artificiales, champán, jamón… y sin darnos cuenta nos volvemos justos y solidarios, nos invade un sentimiento de ilusión y ahí nos toca a nosotros regalar a nuestros padres: una corbata, un mechero, unos pendientes, una cartera… y valen más que todas las cosas caras y valiosas del mundo, puesto que nuestros padres no ven una cartera o unos pendientes, ven el amor que un hijo siente por ellos. Cuando estás a punto de salir de la adolescencia, cuando sabes que tienes libertad y el mundo a tus pies para desarrollar tu vida, nos invade el miedo a no encontrar un regalo apropiado para nuestros padres en estas fechas, puesto que pensamos que ellos esperan más de nosotros.
En esa etapa me encuentro yo, y espero que esta carta sea el regalo novedoso que todo ser humano necesita en Navidad. Esta carta, creada con gran cariño y respeto, no es más que una muestra del amor que siento por vosotros, y como el amor no es material, sino que lo material es una manifestación de amor, os hago entrega del “amor” en esta carta, amor por mis padres, amor por mi familia, amor por quienes siempre han estado en mi vida y siempre estarán en mi corazón.
Este es mi regalo: no encontré nada material que manifestara el amor que siento por vosotros, y ni siquiera las palabras son suficientes para expresarlo.
Queridos padres, hace mucho que descubrí la verdad sobre los Reyes Magos, pero porque siempre he sabido que ustedes, papá y mamá, sois los verdaderos Reyes.

Con mucho cariño, de vuestro hijo Fco Javier, ese niño que miraba al inmenso mar y exclamaba “uaaaaaa!” que ahora es ese hombre que mira el inmenso mundo y os da las gracias por haberme preparado tan bien para “nadar” sobre él y saber por dónde no debo hacerlo para que no me ahogue en las frías y profundas aguas de ese mundo cruel donde construiré mi vida.
Os quiero.

lunes, 8 de febrero de 2010

Duda: sendero para aprender.

Siempre pensé que las personas se hacían malas o buenas, que no se nacía predispuesto al mal o al bien. Siempre quise creer que la educación era la disciplina que tenía el máximo poder para determinar los “centros” de una persona. Un niño no nace malo, nace travieso; no nace bueno, nace tranquilo…Muchos minutos me he parado a pensar sobre esto, y cuando más claro lo tenía, de repente, llega la duda a mi firmeza en creer esto.
Prácticamente las personas más directa a mí, mi familia, me dijeron que estaba equivocado. La cuestión era fácil: o todos se equivocan o soy yo.
Me plantearon que reflexionara en personas, o mejor dicho, en animales como Hitler, como Franco, como Bush… La perspectiva de mi familia: nacieron malos, está escrito en sus genes, no se puede hacer nada para modificar algo innato y por lo tanto alguien que nazca con malos centros morirá con malos centros: “la cabra siempre tira al monte”. Mi perspectiva fue desmontada porque yo siempre he querido creer que las personas pueden cambiar, que la maldad o la bondad de éstas se educa, no se nacen con ellas, y esto era algo que me motivaba a seguir estudiando esta carrera, Pedagogía.
Rápidamente, y tras varios días en discusiones que terminaban en “tu palabra contra la mía”, me envolvió la impotencia, la rabia, incluso quise ignorarlo todo y seguir, dejar aparcado esos pensamientos negativos, pero seguramente, realistas.
¿Entonces para qué está la educación si ya está el bien y el mal preestablecido en las personas y no se puede hacer nada para modificarlo? ¿Para qué me esfuerzo en estudiar esta carrera para solucionar esto, si ese problema no se puede solucionar? Navegué en internet, tratando de encontrar algo que fortaleciera mi tesis, pero no encontré lo que buscaba…
Cansado y harto, volví a mi cuarto, me eché en la cama, pillé el mp4 y me puse a escuchar mi cantante de rap favorito: Nach. Éste hombre, rapero, soñador, dramaturgo, que, para mi gusto, transforma la filosofía en poesía y la canta con elegancia, con el que yo me identifico, hace que mis pensamientos sean más fríos, más críticos, no sólo hacia los demás, sino conmigo mismo.
Me di cuenta que tengo buenos centros, puesto que quiero el bien mediante el bien, y esto quizás cegaba mi visión del mundo, pensando que todos pueden ser como yo. Pero aun así, ¿Qué sentido tendría la educación a parte de inculcar normas y conocimientos? Mucho.
La verdad es que sí, puede que algunos nazcan con malos centros, o todo lo contrario. Pero hablamos de minorías: la gran mayoría, estoy seguro, nacen con la predisposición a ser buenos y malos, según sus intereses: y eso es lo que hay que educar.
“Cuando el árbol está creciendo necesita de recursos para sobrevivir y para seguir creciendo, pero si empieza a torcerse, ahí debe estar su “cuidador” para volverlo a orientar hacia el camino correcto; sin embargo, hay árboles que nacen con las raíces mal plantadas y van a crecer inclinados hacia el lado incorrecto, por mucho que lo cuidemos y los pongamos derecho”.
La tarea del educador, entonces, es, además de enseñar conocimientos, valores, normas, creencias, etc., para su adaptación adecuada a la sociedad plural, orientar hacia el camino correcto cuando se empiezan a desviar; es luchar para que ese niño o niña pueda mirar atrás, agradecer la educación recibida e inculcársela a sus hijos, con vistas a posibles cambios: porque todo es mejorable.

Palabra.

Si yo pudiera, cambiaría el mundo,
para que me escuchen los sordos y me hablen los mudos.
Si yo pudiera, sería como el viento,
para acariciar el rostro de la persona que quiero.
Si yo pudiera, sería como las nubes,
para llover en desiertos donde el agua no abunde.
Si yo pudiera, sería como el sol,
para iluminar el camino correcto en momentos de confusión.
Si yo pudiera, sería la justicia,
para equilibrar el bien y la malicia.
Si yo pudiera, sería el mar,
para poder a los humanos limpiar y sanar.
Si yo pudiera, sería tu ángel de la guarda,
para ayudarte a distinguir acciones buenas y malas.
Si yo pudiera, sería un poderoso político,
para hacer que no existan ni los pobres ni los ricos.
Si yo pudiera, quitaría las armas,
para que los hombres se defiendan con la palabra.
Si yo pudiera, sería dios,
para actuar siempre en momentos de destrucción.
Pero solo soy un hombre y solo tengo un arma:
y de una gran arma se trata,
no es una lanza, no es una espada
no es una pistola ni una lanza:
sino mi palabra, “ tan sólo” mi palabra.

domingo, 7 de febrero de 2010

Lágrimas. Mi tinta perfecta.

Nada es eterno, aunque las personas quieren creer que sí: Buscamos la felicidad absoluta y constante cuando sabemos que encontrarla así es imposible, pero no lo queremos creer.

¿Dios? es una motivación creada por el hombre para buscar explicaciones a cosas que no las tiene o que las tiene pero preferimos ignorar y maquillarlas para no sufrir o dejar de cuestionarnos cosas.

Siempre hay un equilibrio: a más maldad menos bondad, a más aburrimiento menos diversión, a más envidia menos valoraciones, a más soledad menos compañía, a más dolor menos placer, a más miedo menos seguridad, a más discriminación menos aceptaciones... pero jamás hemos llegado a un valor absoluto en ningún extremo, puesto que una cosa, aunque sea negativa, debe existir para diferenciarla de la otra...

Las lágrimas son mi tinta perfecta, puesto que escribe de manera autónoma y de forma sencilla lo que mis sentimientos más profundos, complejos y abstractos manifiestan en mi interior, incluso aquellos que no conocía o no era consciente de ello.

Las lágrimas es el reflejo de mi subconsciente, y a veces es bueno librarse de ellas, porque resulta dañino quedarse las ideas y los sufrimientos acumulados en lo profundo de la mente, y que después me atormenten en pesadillas en las frías noches de un invierno, el cual se acerca más solitario triste en mi vida....

Esto son reflexiones pesimistas, lo reconozco, y tal vez mañana vuelva a leer y a reflexionar sobre esto y me pregunte ¿qué pasaba ayer? Pero es mejor “soltarlos”, “vomitarlos”, en forma escrita a guardarlas en mí y que se queden conmigo para siempre...

Escribe tus miedos, tus inquietudes y tus mayores penas y resérvate para ti lo mejor y lo más beneficioso, puesto que eso es al final lo que vas a compartir con los demás, con los que te quieren...

Cuando todo pinte mal, cuando sientas tu realidad maquillada por un sentimiento de tristeza, recuerda que sólo es eso, está solamente maquillada, porque la realidad no es triste ni alegre de por sí, sino como la interpretamos. Como diría Descartes, lo que no se piensa no existe. Por ello debemos dejar de pensar en qué mal nos va o qué afortunado son y qué desafortunado soy. Debemos dejar de pensar en el estado de ánimo, pues desaparece cuando no pensamos en él. Además, si eres incapaz de olvidar tu estado de ánimo, tu soledad, tu desamor, tu tristeza, tu nostalgia… siempre habrá alguien que, aunque no lo confiese, te quiere y te apoya.

Soledad.

Amanece, siento mi alma que levanta mi cuerpo, pero no soporta su peso. La débil y fría brisa entra por una ventana cuyas cortinas esconden un cielo gris y manchado por tímidas líneas doradas de un sol que tampoco quiere despertarse. Vuelvo a caer en las cómodas sábanas que alimentan mis sueños y que me obligan a refugiarme en ellos, como un intento de negar la realidad que soportaré cuando definitivamente tenga que poner los pies en el suelo, y caminar para apagar el despertador.


Mientras los minutos se transforman en segundos y mis oídos se han acostumbrado al tic tac del reloj, mi mente sigue transportándome a sueños, a ilusiones, a recuerdos… sin embargo, soy incapaz de negar mi verdad, un tal subconsciente sigue con su tortura susurrando, como cortes publicitarios, a mis sueños: “despierta, solo es un sueño, debes levantarte y seguir…”.


El sonido de la alarma del reloj, que todos odiamos pero que a la vez necesitamos, interrumpe de golpe estos sueños, y la voluntad sale en ayuda de mi alma para levantarme, entregarme al frío propio de una mañana invernal y dirigirme al calentador más próximo, como un intento desesperado de no congelarme pero tampoco de volver a caer en los enredos de una cama que parece que te llama, que te obliga a volver a ella. A pesar de ello, la mente gana al instinto y orienta a mi cuerpo hacia el armario, me visto, salgo del cuarto y comienzo un nuevo día.


No hay mayor sufrimiento que el del alma, no hay más frío que el que te provoca la soledad, sobre todo cuando contemplas a personas con sus parejas felices, de la mano o agarradas, paseando por debajo de árboles que llueven hojas secas. No se trata de envidia, se trata de que se que no tienes la misma suerte que otros, te envuelve el sentimiento pésimo que llevamos innato y sale cuando te sientes débil y vulnerable a determinados estímulos y emociones: no deseamos que ellos tengan menos, sino que nosotros tengamos lo mismo que ellos. Si eso es envidia, lo reconozco, soy un envidioso.


No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita, y maldigo mis ambiciones, puesto que necesito algo que no tengo, eso se transforma en pesimismo, y con pesimismo soy incapaz de levantarme por las mañanas frustrado tras saber que solo he soñado, pero no lo he conseguido. Pero es una necesidad propia del ser humano: necesitamos del cariño de una persona que aun siendo lejana a ti, sigue significando algo importante, aunque no sepamos comprenderlo o explicarlo, tan sólo sentirlo. Me refiero al amor.


Si tuviese pareja, si viviera con ese amor que no te puede dar unos padres o un amigo, tal vez el inicio de este relato sería “Amanece, y el sonido del despertador me recuerda que estoy por fin en la realidad”. Pero como no es así, como sigo escribiendo en la oscuridad, desvelado en plena noche por esta pesadilla, no podría definir mejor lo que significa para mí la soledad en este sentido. Me siento solo y busco evitar este sentimiento, aunque sigo sin lograrlo.


Pero, por suerte, alguien ha dejado en toda persona una semilla. Ésta crecerá, y se transformará en lo que queramos. Puede verse influenciada por intereses, por necesidades…pero crecerá, y cuando lo haga, cambiará el rumbo de tu vida. Esta semilla se llama esperanza. Sé que algún día encontraré lo que necesito: no sé cuándo, ni dónde, ni por qué, pero no puedo buscar, tan sólo seguir levantándome por las mañanas y esperar.